De libro a mesa, por la tarde, libre

Estaba sentada en el suelo, con muchos libros a mi alrededor. Las sillas y mesas eran muy... formales. Tenía un montón de libros... malditas transformaciones. Era pésima en aquella asignatura. ¿A quién le importaba si sabía transformar un libro en una mesa? Únicamente al profesor.

-Tarará, tararán... -tarareaba una canción mientras leía uno de los miles libros que necesitaba. Escribía en sucio apuntes para después hacer la redacción bonita y en limpio. Lo había hecho así siempre, había comenzado aquel método en París. Como no se me daba bien el francés, lo hacía en sucio y me lo revisaban. ¡Qué fácil es el francés!, pensé. Ahora ya sabía hablarlo y escribirlo, no como las transformaciones. En inglés y tan complicadas.

Entre en el aula solo por curiosidad y aburrimiento, me encontre con una chica que al parecer estaba en el piso con muchos libros a su alrededor. Tranquila tarareaba una canción, era Bianca.

- Que haces? - Le pregunte al oído, ya que ella no habia notado mi presencia aún.

-¡Ahhhh! -pegué un salto, levantándome de repente. Al girarme vi a una chica de Ravenclaw, Lucy Weasley exactamente -¡Qué susto! -me llevé una mano al corazón, notando mis latidos acelerados.

-¿Qué haces por aquí Lucy? -pregunté -¿También tienes deberes o solo curiosidad por lo que hacía? Soy un desastre -señalé a los libros en el suelo -Estaba cansada de la mesa, tan recta e incómoda.

Jajaja- Reí por el susto que le habia dado.
Solo pasaba y me dio curiosidad. Estabas tan concentrada que no fue mi intencion asustarte, creeme. - Respondí aún riendo un poco.
Ya veo que la mesa es muy cansadora, pero no creo que seas un desastre.- comente mirandola.

-Gracias por el cumplido -sonreí -Transformaciones, mi cruz -suspiré mientras ordenaba un poco los libros y papeles -Me cuestan muchísimo, soy lenta. No entiendo como aprové el TIMO, creo que por pena. ¿Cómo se les ocurrió aprovarme? si convertí al gatito de Morrison en un libro con patas durante una semana...

-¿No tienes tarea? -pregunté -Yo no tengo tiempo ni a respirar, creéme. Sexto es horrible; a menos que seas la más inteligente de la clase.